Cuando estamos en espera de una respuesta de Dios a nuestras oraciones tendemos a concentrar nuestra energía pensando en la solución y en la manera como esperamos que se resuelva determinada situación e insistimos pidiendo en oración por lo que creemos será lo más conveniente.
Cuando lo que pedimos no se realiza comenzamos a sentir cierto grado de frustración y ansiedad por la respuesta e intensificamos nuestro enfoque en el problema, consumiendo más energía que limita nuestras posibilidades de ser mas productivos en la vida.
Una manera de dejar la ansiedad y la frustración y el enfoque errado es aceptar que independientemente de la solución o respuesta que esperamos, ya hemos sido bendecidos por las innumerables promesas contenidas en la Palabra de Dios y que por lo tanto, debemos no solo conocerlas sino creerlas para descansar, y mientras esperamos la respuesta convertirnos en instrumentos de bendición para otros.
La voluntad de Dios es que seamos luz del mundo y sal de la tierra, que llevemos así mucho fruto, por tanto, cuando nos comprometemos a ser canales de bendición nos alineamos con el propósito del Señor y como consecuencia recibimos su pleno respaldo y así como le dijo a Abraham; “te bendeciré y serás bendición” así también hace con nosotros.
Lo sorprendente es que Dios tiene planes y pensamientos más amplios que los nuestros y está dispuesto a bendecirnos de una forma especial y sobrenatural. Debemos aceptar y declarar lo que dice en su Palabra: “Y a aquel que es poderoso para hacer las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o pensamos, según el poder que actúa en nosotros” Efesios 3:20
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Dr. Ricardo Velásquez
Serie de libros escritos por el Dr. Ricardo Velásquez con Maestría en Administración de Empresas de INCAE y Doctorado en Administración. Graduado en Teología del Instituto Bíblico de las Asambleas de Dios de El Salvador.